Saki Okuda se casó recientemente y se fueron juntos de luna de miel a una zona turística con playa. Aquí, un hombre que alguna vez la consideró una prostituta y la llamó para hacer un trío con Saki, la vio feliz con su marido. Fue a donde se alojaba Saki y la obligó a seguir sirviéndolo como antes o de lo contrario le mostraría los clips sexuales que Saki había filmado a su marido. Esos años de sexo duro y miserable regresaron y Saki se convirtió en una puta de grandes pechos al servicio de dos tipos grandes y fuertes.